La ciudad de Hamedan o Hamadan, ambos nombres se utilizan dependiendo de la lengua en la que se traduzca el original persa, es la antigua capital imperial de Ecbatana. Situada al oeste de Teheran (360km), Qom e Isfahan, esta capital de la provincia homónima y cuenta con medio millón de habitantes.
Su historia es muy antigua y, a diferencia de otras de las antiguas capitales del Imperio persa aqueménida (Susa, Persépolis o Pasargardas), sigue estando habitada. Es una de las ciudades más antiguas de Irán y del mundo. Al parecer fue ya habitada desde el tercer milenio a.C, después fue ciudad asiria; citada por Herodoto que situ en ella la capital meda allá por el 700 a.C. Ciro II la conquista y la convierte en una de las cuatro capitales persas. Después fue capital de verano para los partos y residencia estival para los Sasánidas.
Nuevamente capital de los Selyúcidas fue destruida por la invasión Timúrida, pero se recupera con la dinastía siguiente, los Saváfidas. Centro de importancia en la Ruta de la Seda durante toda la edad moderna, Hamedan crecerá constantemente. En la I Guerra Mundial fue teatro de batallas entre las fuerzas Turco alemanas y los rusos, para ser después ocupada por los británicos.
Hamadan de hoy Ecbatana de ayer.
Toda esta agitada historia ha modificado la estructura urbanística de la ciudad, sobre todo si tenemos en cuenta que el plano actual fue desarrollado por arquitectos alemanes en 1928. El Hamadan de hoy tiene una forma radial hexagonal que ha cambiado la imagen que tuvo durante siglos.
Monumentos de Hamedan Ecbatana.
No se puede ir uno de Hamadan sin visitar la colina de Hagmatana, el sitio arqueológico de la antigua Ecbatana. Es cierto que los restos no poseen la monumentalidad de otras capitales aquémenidas como Persepolis, quizá debido a a que la ciudad fue habitad a siempre y los materiales se reutilizaron.
Se pueden observar muros de piedra y arcilla, y cimientos de estructuras palaciegas. Una de las piezas más celebres es una desgastada estatua que dataría de la época de Alejandro Magno, la Piedra del León.
Además de los restos arqueológicos, Hamadan cuenta con la tumba mausoleo del filosofo, escritor y científico Avicena como monumento más importante. El mausoleo fue construido en 1952.
Otro monumento muy interesante es el Mausoleo de Ganj Nameh o Gonabad-e Alavian. De forma cúbica y no demasiado grande data del tiempo de los Selyúcidas y guarda los restos de la familia Alavi.
La ciudad de Hamadan, como no podía ser de otra manera en Irán es reputada por sus poetas. Así el mausoleo del poeta Baba Taher, del siglo XI es otro de las tumbas celebres de la ciudad. Fue reconstruido en 1970.
La mezquita Jame y el bazar de la ciudad son otros de los lugares que no hay que perderse en nuestra visita a Hamedan.
Otros edificios religiosos son la Iglesia de Santa María y La Tumba de Ester y Mordecai, personajes que aparecen en la Biblia y cuyos restos al parecer se encuentran en Hamadan.
Artesanía en Hamadan.
La ciudad destaca por sus productos en cuero, la cerámica y las alfombras, recuerden que estamos en Irán. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, el bazar es el mejor lugar para comprar y disfrutar de su ambiente animado y a la vez tranquilo.
Cuando ir a Hamadan.
Hamadan se encuentra en una zona montañosa de los Zagros, a unos 1800 metros de altura, lo que hace que el clima sea más fresco y la vegetación verde domine los paisajes, venciendo al desierto cercano. El final de la primavera, el verano y el comienzo del otoño son, sin duda, la mejores épocas.
Es una ciudad muy atractiva para el turismo local, ya que su clima en verano es muy agradable y cuenta con numerosos restos arqueológicos y monumentos. En cambio, en invierno es una de las ciudades más frías de Irán, la nieve es habitual durante dos meses y las temperaturas pueden caer por debajo de los -20º.
Como llegar a Hamadan.
Hay vuelos internos desde Teheran y otras ciudades del país. Por carretera las comunicaciones son también sencillas.